Economia

Laurence Fink y el optimismo de la empresa de gestión de activos más grande del mundo

Laurence Fink y el optimismo de la empresa de gestión de activos más grande del mundo

A Laurence Fink, jefe de BlackRock, la empresa de gestión de activos más grande del mundo, le gusta nadar contra la corriente. Acaba de volver del Foro Económico Mundial, en Davos, Suiza, donde, dice, “a menudo la opinión generalizada está totalmente equivocada”.


La mayoría de las personas en la conferencia “estaban preocupadas por el mundo”, dice. A algunos les inquietaba la volatilidad del precio del crudo, a otros el futuro de la economía europea. Fink no comparte su pesimismo. De vuelta en su oficina en el centro de Manhattan, dice que 2015 podría ser el mejor año para la economía estadounidense en mucho tiempo.

Fink tiene una perspectiva inusual. Encabeza una firma que maneja US$4,65 billones en activos (hasta el último trimestre de 2014), inversiones de particulares, gobiernos, fondos de pensiones y otras instituciones globales. Su empresa asesoró a la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos durante la crisis financiera de 2008 y, desde entonces, ha pasado más tiempo asesorando al sector público, compartiendo sus opiniones y predicciones con el gobierno de Barack Obama y otros líderes mundiales.

EE.UU. ha abordado su crisis bancaria “con mayor celeridad” que los europeos, señala como una de las razones para ser optimista sobre el país. Desde la crisis financiera, dice, muchos gobiernos estatales de EE.UU. han equilibrado sus presupuestos; ahora algunos tienen superávits para gastar en infraestructura. “Y nuestras compañías están en espléndida forma”, añade.

Aunque el derrumbe de los precios de la energía beneficia a la economía a largo plazo, Fink no deja de pensar en la desventaja más inmediata: una caída del empleo. Las petroleras han empezado a despedir gente y las repercusiones incluyen “una pequeña decepción” en el mercado. No obstante, conforme más estadounidenses se dan cuenta de que ahorrarán entre US$50 y US$100 al mes y con ello elevan su gasto, Fink espera que la economía cobre velocidad en el segundo semestre.

El gestor ha estado siguiéndole la pista a otras tendencias que podrían ser beneficiosas. Una mayor expectativa de vida en EE.UU. es una bendición, reconoce, pero le preocupa las implicaciones económicas más amplias. A sus 62 años, alto y en buen estado físico, Fink comparte el deseo de la longevidad. Come en forma saludable aunque confiesa que “si no estuviera preocupado por manejar mi vida, comería todos los días una hamburguesa y un batido” y hace ejercicios cuatro o cinco días a la semana. “Sigo ejercitando mi mandíbula demasiado”, agrega.

A Fink le preocupa que mucha gente no pueda costear una vida más larga. “Uno de los principales problemas en EE.UU. es que no estamos preparados para construir ese colchón, y no hay una red adonde caer si no estás preparado, más que el Seguro Social”, observa y añade que la tendencia podría empezar a ser un problema en la próxima década. “Cada vez lo menciono más y más”, cuenta. “Si no vives tu vida extendida con dignidad, es una crisis”.

Fink dice que siempre ha pensado mucho en el largo plazo, incluso cuando crecía en Van Nuys, California, y vivía con sus padres, un dueño de una tienda de zapatos y una profesora universitaria de inglés.

Cuando era adolescente se conseguía trabajos informales para juntar dinero para ir de camping a Hawái o de mochilero a México. En 1974 obtuvo su título en ciencias políticas de la Universidad de California en Los Ángeles y en 1976 su MBA.

Luego, se mudó a Wall Street, donde empezó como corredor de bonos. Para cuando tenía 28 años, ya había ascendido a ser el director gerente más joven de First Boston, un banco de inversión que fue adquirido por Credit Suisse. CSGN.VX +9.09% A los 31, integraba el comité de gerencia de la firma, hasta que uno de los corredores de su equipo perdió US$100 millones en una sola transacción unos años más tarde.

Fink renunció poco después y en 1988 cofundó BlackRock como una división de la firma de inversión y asesoría Blackstone Group. BX +1.21% BlackRock se separó de Blackstone en 1994 y se convirtió en una empresa de capital abierto en 1999. Hoy, tiene más de 12.000 empleados y más de 135 equipos de inversión. Administran los portafolios de más de 7.700 clientes, desde fondos soberanos hasta dotaciones universitarias y de empresas.

Con oficinas en 27 países, Fink pasa al menos dos semanas al mes viajando (los aeropuertos de EE.UU. son los peores, dice: el “Kennedy es una vergüenza”). Cuando no está en un avión, vive con su esposa la mayor parte del tiempo en Nueva York. También tienen una casa en Colorado, donde disfruta del esquí y la pesca. La pareja que lleva 30 años casada tiene tres hijos y tres nietos.

Este fin de semana, Fink viajará a Nueva Delhi para participar en una reunión sobre infraestructura con el primer ministro indio, Narendra Modi, para clientes de BlackRock. Fink se siente entusiasmado por lo que Modi ha hecho por la economía de India. “Desde que es primer ministro, los mercados de acciones se han casi duplicado”, dice. “Ha propuesto muchas reformas que hacen que sea más fácil hacer negocios en India y ahora necesitamos saber si podrá implementarlas todas. Hay mucha esperanza en que lo hará”.

Fink también es optimista sobre la economía de China, que espera que crezca alrededor de 7% este año, frente a cerca de 3% en el caso de EE.UU. De todos modos, el crecimiento de China se ha desacelerado desde tasas de dos dígitos hace unos años. En China, la tasa de ahorro nacional se ha situado entre 35% y 40%, dice Fink, en parte debido a la irregularidad de las prestaciones gubernamentales de jubilación y salud. La política de un solo hijo, aunque relajada en los últimos años, también significa que las nuevas generaciones tienen una carga pesada de proveer para la jubilación de sus padres. China ha empezado a ofrecer más jubilaciones y seguro médico respaldado por el gobierno central, pero “es una fracción de lo que debería ser”, dice Fink. Está animado por las reformas fiscales propuestas por China, como medidas para liberar la carga de deuda del país de las autoridades locales y trasladarla al gobierno central, lo que mejoraría la eficiencia.

Fink no pasa mucho tiempo en las redes sociales. Tiene un perfil en LinkedIn con alrededor de 400.000 seguidores y publica comentarios todos los meses como parte del programa Influencers del sitio. De todos modos, dice: “Pasamos demasiado tiempo concentrándonos en redes sociales y aplicaciones en nuestro iPhone”.

Piensa que muchas personas no han prestado suficiente atención al desplazamiento causado por la tecnología. “Piense en toda la gente que solía estar en la agricultura, y que ahora todo eso está mecanizado”, afirma. Para compensar el cambio, propone que los gobiernos inviertan en infraestructura para ofrecer empleos y crear capital. También piensa que los países exitosos serán los que capaciten a sus trabajadores para que puedan hacer trabajos especializados, como programar y construir máquinas.

La tecnología, dice, ha sido una bendición para el crecimiento de la energía, especialmente con avances en fracturación hidráulica y petróleo. “Hemos sido bendecidos por la geología de nuestro país, y eso ha añadido dos millones de empleos desde 2010”, acota en referencia a EE.UU. Es solo una de las razones por las que “nuestra economía está mejor que cualquier otra”.

Fuente: wsj

Guardado en Economia, Mundo 12 febrero, 2015 – 11:25 pm

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