IceBariloche, es el más grande de Sudamérica y el único bar urbano de hielo con una superficie de casi 100 metros cuadrados que puede ser visitado por cualquier persona.
En el centro cívico, el corazón de la ciudad de San Carlos de Bariloche, asoma un curioso bar de luz azul polar, que promete ser la sensación de la temporada. Se trata de IceBariloche, un auténtico Ice Bar donde todo está hecho de hielo, las mesas, la barra, las paredes y hasta los vasos donde sirven tragos.
Este bar es una puesta e idea totalmente local ya que se diferencia de otros similares en que la permanencia adentro es ilimitada, se puede entrar y salir del espacio Ice sin restricciones cuando el frío empieza a sentirse. Al lado, y formando parte del mismo lugar, está el bar seco al estilo clásico, donde un dj ambienta la noche y la expendedora de Jägermeister (una de las pocas que hay en el país) saca el trago del momento.
Uno de sus creadores y socio, Marcelo Botti destaca: «Queríamos hacer algo distinto en la ciudad, un lugar para divertirse, atractivo para cualquier edad y donde todos van a disfrutar. La estructura es toda artesanal y va cambiando cada ocho meses para que los turistas y locales siempre encuentren algo nuevo». Tan solo tres meses al año se encuentra cerrado, desde marzo, para renovar el mobiliaro que se hace a partir de un gran bloque de hielo. Se le va dando forma de sillones, mesas y hasta las esculturas temáticas que nunca faltan de la mano de Leo y Rafael, muy reconocidos en la zona por sus tallas en madera.
La idea surgió hace varios años, luego de haber conocido otros Ice Bar del mundo, como el de Amsterdam o Las Vegas. Se adaptó a la necesidad y costumbres locales y se registró como un concepto diferente donde se puede estar mucho tiempo allí, ya que no es un lugar de paso, sino una invitación a vivir el frío a pleno, bien equipado y pasando un momento distendido. La caída de cenizas en la zona, postergó su apertura, pero al fin en 2012 se hizo realidad este bar que hoy es el preferido de estudiantes y turistas de todo el mundo en busca de propuestas novedosas. Pronto, en el mes de agosto cumple 3 años de existencia y sus dueños prometen una gran celebración con promos de tragos y fiesta, que consolida este punto como un imperdible de la ciudad.
Para ingresar se paga una entrada que incluye una consumición en vaso de hielo y el equipo de frío con capa y guantes. La propuesta incluye tragos con alcohol y otras bebidas para los menores con algún snack (no hay servicio de comida). También hay fotógrafos que retratan los mejores momentos para poder llevarse un recuerdo a casa de este atractivo sin igual.
Los que visitan el bar destacan entre sus atractivos que nunca está repleto de gente, por lo que se puede circular muy bien. Entonces se pueden apreciar las formas con hielo como las figuras, botellas y hasta vasos que jamás se derriten. Allí la foto del recuerdo en la escultura iglú no puede faltar y todo rápido porque es normal sentir frío a los 5 minutos. Pero no todo lo divertido acaba aquí ya que afuera, en el bar seco, la música y los tragos a precios accesibles permiten estirar la estadía.
Es un punto muy recomendable para vivir una experiencia distinta, en un lugar acogedor donde el personal es muy amable y te explica todo el funcionamiento. Hay que conocerlo al menos una vez, estar ahí dentro, sentir el frío y tomarse algo rico. Su diferencial está a la vista y no hay forma de no sentirse atraído con la propuesta que se perfila como la excursión más especial dentro de todas las que se ofrecen en el destino.
Infobae