Las consecuencias económicas del derrumbe de los precios del petróleo en los últimos meses han generado un amplio interés público en el costo diario de un barril de crudo.
Sin embargo, las referencias tradicionales de los precios globales de la materia prima —el Brent y el West Texas Intermediate, WTI— miden factores distintos y no siempre están alineadas. El viernes, por ejemplo, el barril de petróleo costaba poco más de US$45 según el WTI y unos cuantos de dólares más según el Brent. Algunas veces, la diferencia entre los dos ha superado los US$20.
Corredores y economistas saben bien a qué se debe la diferencia. No obstante, para los nuevos interesados en el desplome del petróleo, vale la pena entender lo que revelan estos contratos de referencia y cómo han cambiado a lo largo del tiempo.
La razón principal por la que las cifras varían es que reflejan precios en lugares distintos: el WTI corresponde a Estados Unidos y el Brent al Mar del Norte, en Europa. En algún momento, eran referencias igualmente fiables del crudo global. Sin embargo, conforme la producción de EE.UU. aumentó, el WTI empezó a corresponderse con el sorprendente exceso de suministro en el país, que terminó siendo mayor a lo que los oleoductos existentes podían sostener.
El crudo es clasificado como ligero, mediano o pesado según la densidad del combustible, y como dulce o amargo basado en su contenido de azufre. El petróleo ligero y dulce, que flota en el agua y contiene poco azufre, es preciado porque requiere menos procesamiento para convertirlo en productos utilizables. Tanto el WTI como el Brent son crudos ligeros y dulces.
Históricamente, los precios de los dos contratos se han transado casi a la par y han sido citados como referencias indistintamente. El auge del crudo de esquisto de EE.UU., sin embargo, deshizo esa relación y puso en duda la utilidad del WTI como barómetro global.
Antes del boom energético, EE.UU. producía alrededor de cinco millones de barriles de petróleo al día e importaba cerca de 18 millones de barriles. Gran parte del crudo importado se transportaba desde la Costa del Golfo hasta Cushing, en el estado de Oklahoma, un importante centro petrolero de América del Norte y punto de entrega para el WTI.
Cuando llegó el auge, la producción estadounidense se incrementó rápidamente en cuatro millones de barriles al día, lo que inundó Cushing y abrumó los oleoductos, que no estaban equipados para enviar grandes volúmenes de crudo a Texas.
“Los tanques de almacenamiento se llenaron y los precios descendieron considerablemente”, explica Eric Lee, analista de energía de Citigroup.
Mientras tanto, varios factores aumentaron la demanda del crudo Brent, lo que mantuvo sus precios altos en relación con el WTI y solidificó su estatus como la referencia global más precisa del petróleo.
“Lo más determinante fue la situación en Libia”, dice John Felmy, economista jefe del American Petroleum Institute, un grupo que representa a empresas del sector, en referencia a las milicias que han desestabilizado el país y paralizado su industria petrolera, así como pérdidas en otras áreas como Sudán del Sur. “Perdimos 3% del suministro mundial. Se podría pensar que 3% no es mucho, pero puede significar un cambio de 30% en los precios”.
Después de unos seis meses de profunda caída, los dos contratos están nuevamente más alineados, aunque el estadounidense ha perdido su condición de referencia global.
“Hoy en día, el WTI está mucho más asociado con la producción y los precios internos de EE.UU.”, dice James Preciado, quien analiza mercados de futuros y precios en la Administración de Información de Energía de EE.UU. “El Brent es visto como una referencia internacional”.
Eso no significa que una sea más importante que la otra. Sin embargo, las referencias ahora reflejan dos realidades distintas.
Fuente: wsj