Joaquín Mollá, el principal responsable creativo de la campaña vencedora, dio su primera entrevista después del balotaje y contó como fue el proceso creativo que logró depositar a Mauricio Macri en la Casa Rosada.
Sin lugar a dudas, uno de los principales hitos de este año fue la elección presidencial, y junto a ella, las campañas publicitarias de cada uno de los candidatos. Como en toda elección, hubo un ganador: Mauricio Macri. Lo que significa que también hubo una campaña ganadora, y fue la liderada por Joaquín Mollá, el principal responsable creativo de Cambiemos.
Mollá, creador de la agencia La Comunidad, dio su primera entrevista luego del triunfo de Cambiemos a La Nación, en la que reconoció estar «contento, pero completamente agotado». «No hay ninguna campaña del sector privado que se asemeje, en intensidad y carga de trabajo, a una de comunicación política. La demanda es infinita», aseguró el creativo de 46 años.
Así, según comenta Sebastián Campanario en su nota, lo primero que hizo fue pedir las horas de filmación de los «timbreos» que hacía Macri en la Ciudad. «Vimos que, contra todos los preconceptos, Mauricio es muy bueno en el mano a mano, mucho mejor que en situaciones grupales, donde a veces está incómodo. Desde entonces, el 90% de las piezas se hicieron con gente real, sin extras, sin guiones prepautados», contó a La Nación.
Un año antes de comenzar la campaña en Cambiemos decidieron experimentar con una estructura inédita y formaron un equipo creativo compuesto por profesionales de tres agencias distintas (La Comunidad, Circus y Don). Finalmente el equipo de comunicación contó con más de 100 integrantes. «Lo que se hizo con las campañas de Cambiemos fue completamente disruptivo a nivel de modelo. Juntar creativos de tres agencias distintas, con sus egos, y lograr que tiren todos para el mismo lado fue una apuesta riesgosa, que terminó funcionando mejor de lo que esperábamos», explicó.
Sin embargo, hay un nombre que funcionó como director técnicno: el actual jefe de Gabinete, Marcos Peña. «Es la persona más inteligente con la que trabajé; que de golpe está en una negociación política, se da vuelta, se sienta en la mesa de comunicación y baja un pedido con una claridad que nunca vi en ningún CEO o gerente de marketing de multinacional».
La campaña de Cambiemos estuvo basada en tres etapas: hasta las PASO, el énfasis estuvo en la construcción de cercanía, luego para las generales venían las propuestas y finalmente, antes del ballottage, el foco se puso en el pedir el voto. «Fue clave ir abriendo estas compuertas por partes. Mantener la secuencia fue bravo, porque la presión era enorme: todos nos acusaban de hacer una campaña sin propuestas, cuando luego en la generales se filmaron 54 spots con propuestas», cuenta.
Finalmente, Mollá consideró que la campaña de Scioli fue buena hasta antes de las PASO, «pero se jugaron todas las cartas allí y luego se quedaron sin nada. Después de las PASO la estrategia del FPV se desdibujó, parecían desesperados por ganar a cualquier precio». Y agregó: «Una buena campaña política es aquella que hace que el candidato gane. No hay muchas más vueltas».
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