Según el estudio Global Entrepreneurship Monitor (GEM), uno de cada tres emprendedores supera los 50 años. La mayor parte de ellos inicia sus proyectos a raíz de haber quedado sin lugar en el mundo corporativo. Ventajas y riesgos de comenzar un proyecto propio.
En general, la imagen del emprendedor está asociada a la juventud. Personas que con ideas nuevas y revolucionarias crean proyectos que, de lograr el éxito, les dan reconocimiento y comodidad económica. Sin embargo, cada vez son más quienes después de los 50 años asumen los riesgos y se lanzan a la aventura de concretar un proyecto personal.
Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), pese a que la franja más nutrida es la que va entre los 25 y los 44 años, se registra un crecimiento de emprendedores entre los 44 y los 64, que son cerca del 30% del total. De este último sector en particular existen dos tipos: los que están obligados a hacerlo porque quedaron fuera del mundo corporativo, que son mayoría, y los que buscan cumplir el anhelado objetivo de su proyecto personal.
Por ejemplo, Gustavo Nieszawski es contador y a los 50 años se quedó sin lugar en la empresa en la que trabajaba. Cuando intenté volver al mercado laboral fue imposible, así que empecé a desempeñarme en lo que era mi especialidad, que era la planificación económica financiera. A partir de ahí nació su consultora Proyección Empresaria.
En cambio, Julio Novomisky dejó en 2008 una carrera de casi 40 años como analista de sistemas para comenzar su propio proyecto. Comidas One vende platos congelados con la premisa de que sean ricos y saludables. Siempre me gustó mucho cocinar, pero siempre para mi familia y mis amigos, cuenta. Hoy, a sus 67 años, piensa en seguir ampliándose con la apertura de nuevos locales.
Tengo el mismo espíritu emprendedor de cuando era joven, asegura el ingeniero Ricardo de Simone (59 años). Su último proyecto es Bell Export, que desarrolla y fabrica equipos PSA de oxígeno y nitrógeno, instrumentos analizadores de oxígeno y equipos especiales para el tratamiento de estos gases. Es como lo que siente un hincha de fútbol, emociona, se vive con pasión, describe sobre su vocación emprendedora.
La experiencia es la gran herramienta que tienen a su favor los mayores de 50 que se lanzan a emprender, ya que cuando están por su cuenta pueden explotar sus conocimientos adquiridos durante su vida profesional y además conocen las necesidades y puntos débiles de las empresas, a las que ahora pueden llegar a tener como clientes. Pero a su vez los años trabajados en relación de dependencia tienen su contra: el miedo a la desprotección por no tener una estructura corporativa de respaldo si las cosas salen mal. No es un temor infundado, ya que estadísticamente el fracaso lleva las de ganar.
Tito Loizeau, miembro del directorio de Endeavor Argentina, aboga por el concepto de emprender hasta los 90 años. Uno se plantea si los 50 es una edad tardía para emprender, y la verdad es que no. Lo mejor es seguir emprendiendo para que tu mente siga activa. Tenés la ventaja de toda la experiencia y tenés 20 o 30 años más por delante, opina ante la consulta de Ámbito Biz.
En tiempos de apps y redes sociales, suele asociarse a los emprendedores con los desarrollos tecnológicos. Sin embargo, esto no es así. Es cualquiera que tiene una idea y la lleva adelante, dice Jorge Araujo, miembro de la comisión directiva de ASEA y cofundador de Nubelo. Reafirma que hay una tendencia a que haya más emprendedores en general, y por supuesto esto incluye a los mayores de 50 años. Lo que tienen que entender es que las reglas de juego cambian más rápido que antes, advierte.
Los post-50 se caracterizan por mostrar la misma pasión, curiosidad y compromiso que los emprendedores jóvenes, pero sumando a esto la prudencia propia de la edad y el conocimiento del mercado, muchas veces producto de una vida corporativa experimentada, asegura Juan Martín Rodríguez, director ejecutivo del Centro de Entrepreneurship IAE, mientras destaca que suelen tener redes de contactos armadas alrededor las industrias de sus proyectos.
Por su parte, Eduardo Pervesi, presidente de Emprear, una de las organizaciones que colaboran con nuevos desarrollos, es a su vez un caso de emprendedor serial y post-50. Los mayores buscan proyectos más cercanos a sus capacidades, de acuerdo con su experiencia de vida, explica. Y añade: La desventaja es que no todos tienen esa llama que tienen los jóvenes de querer derribar puertas.
No siempre la experiencia que tuvo uno en relación de dependencia alcanza para comprender lo que es un negocio. No se está blindado, advierte en cambio Susana Silvestre, integrante de la comisión directiva de la comunidad de emprendedores Inicia. Y sostiene que hay que tener en cuenta que a los 50 el tiempo es más limitado y hay que ver en qué tipo de proyectos incursionar.
Los expertos coinciden en que es necesario buscar asesoramiento con las asociaciones que promueven emprendedores, compartir experiencias con otros en su misma situación y con conocimiento en el rubro, y sobre todo no desalentarse. Todos tenemos los mismos problemas, no importa la edad, no importa el negocio, en este mundo las reglas son muy distintas a las del corporativo, afirman.
Entre los especialistas consultados hay posiciones encontradas respecto del marco normativo y legal que existe en la Argentina para impulsar el emprendedurismo. La mayoría de las críticas apuntan a las dificultades y trabas burocráticas que se requiere sortear para fundar una compañía. En otros países, como en Estados Unidos o Chile, esto puede hacerse en apenas 48 horas. Es por eso que desde ASEA quieren impulsar una nueva ley de alcance nacional, superadora de las que existen actualmente.
Al respecto, Santiago Sena, ýdirector general de Desarrollo Emprendedor del Gobierno porteño, comentó a Ámbito Biz que están trabajando para actualizar la Ley del Emprendedor (la 4.064), aprobada en 2011, entre otros proyectos vinculados con la cuestión, para modificar profundamente el escenario e impulsar fuertemente a los emprendedores locales. Queremos que sea más fácil y acompañarlos con políticas especiales, contó. Por su parte, Araujo, abogando por facilitar la formalización, sostuvo que el emprendedor por naturaleza vive en incertidumbre, por eso los gobiernos deberían apoyar para que la gente tome esos riesgos, porque en definitiva generan riqueza.
El informe de GEM de 2015 destaca que tras cuatro años de tendencia negativa volvió crecer la tasa de nuevos proyectos, pero que pese a ese período en baja en los últimos 14 años se ha consolidado un ecosistema emprendedor en el país.
Sin embargo, el estudio alerta que un alto porcentaje lo hace por disminución o falta de ingresos y que los que lo hacen por percepción de nuevas oportunidades para mejorar ingresos o buscar mayor independencia encuentran muchas barreras para su crecimiento. Así, aún persisten en el país serios condicionamientos para el desarrollo de una actividad innovadora, competitiva y pujante.
Como vemos, los mayores tienen cierto plus que les brinda la experiencia de vida para aplicarla a la hora de los negocios, mientras que muchas de las desventajas pueden ser sorteadas con éxito. En palabras de un emprendedor: El único límite es uno mismo.
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