El futuro a largo plazo de la red eléctrica de Estados Unidos se encuentra bajo la amenaza de un enemigo inesperado: los estadounidenses que están ahorrando energía.
Ese es el temor de algunos expertos de empresas de servicios públicos que dicen que a medida que los estadounidenses utilizan menos energía, las empresas eléctricas no contarán con los ingresos para mantener las extensas redes de líneas de transmisión de alto voltaje y plantas generadoras.
Y si las compañías elevan las tarifas demasiado para compensar por los volúmenes de ventas en descenso, los clientes acogerán incluso más aparatos y paneles para ahorrar energía, reduciendo así la demanda por la energía de la red eléctrica. El Instituto Eléctrico Edison, el grupo del sector para empresas de servicios públicos de propiedad de inversionistas, ha advertido que estas podrían enfrentar una “cuesta descendente”.
“Las empresas de servicios públicos parecen tener puestos zapatos de cemento”, expresa Elisabeth Graffy, codirectora del Centro de Política de Energía, Derecho y Gobierno de la Universidad del Estado de Arizona.
Desde 2004, los precios promedio de la electricidad residencial han aumentado 39%, a 12,5 centavos de dólar por kilovatio-hora y los precios para todos los usuarios han incrementado 36% a 10,42 centavos de dólar, según la Administración de Información de Energía de EE.UU. Las ventas minoristas a hogares y empresas siguen siendo menores a lo que fueron en 2007, antes de la recesión.
Incluso en partes del país en donde la población ha estado creciendo, las ventas de electricidad han sido anémicas. Southern Co. SO -1.82% , por ejemplo, indicó en el tercer trimestre de 2014, que las cuentas residenciales crecieron 0,7% en su región de cuatro estados, pero las ventas totales de electricidad a hogares se contrajeron 0,6%.
Alguna gente piensa que la idea de un desplome es exagerada. “Es indiscutible que están ocurriendo muchas cosas”, afirma Ralph Izzo, presidente ejecutivo de Public Service Enterprise Group, PEG -0.77% una gran empresa de servicios públicos en Newark, Nueva Jersey. Pero dice que no cree que “la industria quedará patas para arriba”.
Moody’s MCO +0.94% Investors Service está de acuerdo, y sostiene que los reguladores trabajarán para mantener a las empresas de servicios públicos solventes ya que la red eléctrica es crucial para la calidad de vida del país. Sin embargo, algunas empresas de servicios públicos están tomando medidas para contrarrestar la tendencia. Empresas de energía en 20 estados están intentando modificar sus tarifas para depender menos de las ventas de kilovatio-hora.
Una de las propuestas más radicales surgió recientemente en Wisconsin. El pasado mayo, Madison Gas & Electric Co. MGEE -0.39% , una división de MGE Energy Inc., pidió a los reguladores de servicios públicos del estado que le permitieran cobrar a los clientes residenciales US$68 al mes para 2017 como tarifa fija mensual por el servicio de electricidad, cubriendo así 77% de los costos fijos de la empresa de servicios públicos, comparado con la actual tarifa de US$10,50, que cubre 12%. A cambio, la empresa de servicios públicos acordó recortar el precio de la electricidad a la mitad, a 7 centavos por kilovatio-hora. La propuesta creó tal alboroto que la empresa retiró la solicitud. En lugar, recibió autorización para empezar a cobrar alrededor de US$20 al mes, lo suficiente para cubrir 23% de sus costos fijos, y de reducir ligeramente el precio de electricidad.
A las empresas de servicios públicos les gustan las tarifas fijas, pero estas “no han enfrentado mucho éxito ya que a los clientes no les agradan”, apunta Steve Kihm, economista jefe del Centro de Energía, un instituto de investigación sin ánimo de lucro. Dice que los clientes piensan que estas tarifas castigan a los ahorradores de energía y aplazan los periodos de amortización de actualizaciones de energía solar y eficiencia de energía.
David Owens, vicepresidente ejecutivo en el Instituto Eléctrico Edison, dice que le cuesta a la mayoría de las empresas de servicios públicos entre US$40 y US$60 al mes proveer a una vivienda. Por tanto, los clientes que utilizan poca energía transfieren los costos a otros.
Algunas empresas de servicios públicos están acogiendo la posibilidad de que los clientes podrían abandonar la red eléctrica. Elizabeth Killinger, presidenta de NRG Retail, una división de NRG Energy Inc., NRG -1.28% anota que el país está ingresando a la “era de energía personal”.
NRG es un propietario grande de centrales eléctricas convencionales que venden electricidad a empresas de servicios públicos. Sin embargo, Killinger está ayudando a desarrollar un negocio aparte que vende productos de energía directamente a los consumidores, incluyendo sistemas solares para techos y aparatos portátiles que crean o almacenan electricidad.
En Phoenix, Arizona Public Service Co. recibió la luz verde en diciembre para competir directamente con proveedores de energía solar al ofrecer sistemas solares sobre techos a alrededor de 1.500 viviendas en un proyecto piloto. Los dueños de viviendas alquilarían sus techos a la empresa de servicios públicos a cambio de un descuento de US$30 al mes en sus tarifas eléctricas durante 20 años.
Pero incluso conforme la producción de energía se descentraliza, hay valor en el sistema eléctrico centralizado, asegura Tom Farrell, presidente ejecutivo de Dominion Resources Inc. D -0.54% en Richmond, Virginia. Permitir que un sistema de US$1 billón se deteriore sería inadmisible, dice. “No se puede echar a andar a un país con paneles solares”.
Fuente:wsj