Una de las áreas que más se ha adaptado a estos cambios es la del marketing, que ha iniciado una nueva era. Lo que antes servía ahora no tiene sentido.
Todo el mundo coincide en que la tecnología dicta unas nuevas reglas. Esta ola también ha alcanzado a la forma en la que las empresas tratan de convencer a los clientes de que lo suyo es de lo bueno lo mejor. Antes no era tan complicado, pero ahora el consumidor es un ser informado que cuenta con cientos de posibilidades para descubrir la realidad de las cosas y no la que le quieren hacer ver. “La revolución tecnológica le ha dado el poder a la sociedad y nos obliga a entender el marketing de otra forma. La creatividad es lo único que permanece inalterable. Siempre hay que ser original”, explica José María Rull, presidente de la agencia DDB. En cuanto al resto de aspectos de una campaña, basta con contemplar una actual para comprobar que existen muchas diferencias. “El consumidor exige a las marcas que sean responsables y claras a la hora de ofrecer sus productos. Y, por último, tenemos la tecnología, que afecta a la experiencia de consumo y nos permite multiplicar el contacto”, añade Rull.
Por estos motivos, la comunicación actual no se centra solo en idear anuncios para televisión o prensa, sino que va más allá y entra en las plataformas online y hasta en los puntos de venta. “Antes, con un spot la gente iba al banco a firmar planes de pensiones. Ahora le tienes que convencer también en Internet. Por eso con las últimas campañas del BBVA, que es nuestro cliente, realizamos el anuncio, pero también contenido para YouTube, se diseña una estrategia en redes sociales y se crea una plataforma web con diferentes formatos para que pueda verse tanto en el ordenador como en los dispositivos móviles”, dice Rull.
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